José Luís Ibáñez, preveyendo aglomeraciones, vino el primero y fue el primero en acabar su trabajo. En una hora dedicó los veintitres NADIE DEBERÍA MATAR EN OTOÑO que teníamos.
William C. Gordon llegó y se sentó en la mesa de firmas que teníamos reservada para Donna Leon ( que además es en realidad la mesa de la foto del Bogart. Aquella que dice que Queda totalmente permitido fumar. La misma mesa que se convierte en la mesa de los mejillones los sábados) y Donna Leon acabó dedicando sus libros en la calle, nuestra particular terraza.
Cuando salieron de la cocina los mejillones pedimos gentilmente a William que nos dejara la mesa. Una mesa por la que han pasado en el transcurso de los años más de una tonelada de mejillones. Los mejillones de los sábados se han ganado a pulso "Su" mesa.
William C. Gordon en la famosa mesa
Donna Leon firmando ejemplares a sus lectores